viernes, 26 de octubre de 2007

Extractos del Viaje 3: Intermedio lusitano

Dos semanas en familia exceden en mucho mi capacidad de aguante, por lo que cuando llevábamos una semana hicimos una escapadita de cuatro días a Lisboa.
Afortunadamente para ustedes, esto no es un fotoblog, por lo que les voy a ahorrar el visionado de las 300 fotos sacadas.
Este blog tampoco es un diario (y en mi cabeza suena la voz de Homero: ¡Aburridoooo!), o sea que también zafan de las batallitas fodorianas en Portugal.
Y entonces... ¿este post, qué?
Nada, una excusa para contarles que el empedrado que cubre todas las veredas de Lisboa, viene a ser un leitmotif de la ciudad, y te acompaña por donde vayas.
Está realizado íntegramente con piedras irregulares blancas y negras, las blancas de fondo y las negras formando dibujos geométricos. La vi por primera vez bajo el inclemente sol de mediodía, enceguecedoras. A la sombra de la tardecita lucían sobriamente mates. Por la noche la luz artificial obra un extraño efecto, y las veredas brillan y relucen como si, al más puro estilo mendocino, las amas de casa hubieran salido lampazo en mano a abrillantarlas con querosén.
Ma-ra-vi-llo-so.

2 comentarios:

Carpe diem dijo...

¡Qué bonitas veredas! Esos pequeños detalles que caracterizan determinadas ciudades...

(Siguiendo el razonamiento: Capital Federal vendría a tener su leitmotiv en los obsequios perrunos, ¿no?)

Fodor Lobson dijo...

jajaja
puede ser... o la basura en la vereda por la noche...

riamos para no llorar, Carpe estimado