jueves, 22 de noviembre de 2007

A motorista maluca

Cada mañana me viene a buscar un auto asignado por la empresa a la que estoy visitando aquí en Vitoria, para llevarme hasta la planta donde transcurre mi jornada laboral. Lo maneja Luzia, un peligro al volante. En los cuatro días que llevo acá, hemos estado a punto de chocar unas veinte veces y no nos ha embestido ningún colectivo de puro milagro. Más allá de una cierta dosis de imprudencia y un claro déficit de sentido común, creo que a Luzia, su santa patrona no le da mucha pelota. No ve un carajo, vaya. El primer día estuvimos dando vueltas durante media hora (por un barrio que ayayay) hasta que encontró cómo llegar a destino.
Ahora ya aprendió.
Más o menos.

La horita que tardamos en ir desde el hotel hasta la planta la paso encogido en el auto. No sólo por el miedo. Por el frío. Como en toda la costa atlántica brasileña, la humedad aquí es muy elevada, y habitualmente hace calorcito. El aire acondicionado se hace imprescindible para sobrevivir ya que no sólo baja la temperatura sino también la humedad. La gente de acá lo tienen incorporado, en el auto, en la casa, en los negocios. Se suben al auto y prenden el aire acondicionado… incluso cuando no es necesario. Toda esta semana ha estado nublado con lluvias intermitentes, por lo que la temperatura ha descendido a unos niveles más que aceptables, hasta diría que agradables.
Sin embargo ellos se suben al auto y prenden el aire acondicionado. Y yo me cago de frío.
Queda fuera de consideración pedirles que lo apaguen. Te miran como si les estuvieras pidiendo que te presten la hermana. Creo que es porque si lo apagan ¿cuánto van a tardar después en alcanzar de nuevo las deseadas condiciones criogénicas?. Todos los días me levanto con la esperanza de que haya salido el sol, pero no. Estoy casi seguro de que el hijodeputa va a salir el viernes por la tarde, cuando yo esté por irme y los pezones de Luzia ya hayan perforado su camisa azul.

14 comentarios:

AOF dijo...

Estuve un mes recorriendo de norte a sur la costa atlántica brasilera y puedo refrendar todo lo dicho en este post, pero vamos, no le hechemos la culpa a la pobre Luzia, los brasileros todos manejan como el culo, pero, eso sí, rápido cada dos por tres están a medio segundo de la tragedia, conozco esa sensación de ir encogido en el asiento, es horrible, y en Rio es peor.

AOF dijo...

La costa "atlántica brasilera" dije? bueno, no se que otra costa tiene Brasil que no sea la atlántica, por las dudas dejo esta aclaración...

Carpe diem dijo...

Sobreviva a Luzia, sobreviva al frío y sobreviva al ajetreo aeropuertal.
¡Vamos, Fodor, ud. puede, falta poco!
Le envío calidez blogger (aunque dudo que le sirva de algo).
Al brazo
C.

Cuni dijo...

Ja! Estas anécdotas de viaje son geniales. Espero que haya llevado mi almhoadita inflable! Y sí...Murphy es como el Sol...aunque no lo veamos...

gerund dijo...

Ah.. el detalle final de los pezones me impresionó un poquito...

Naty dijo...

Le regalo a mi hermana con poncho incluido, si quiere.

Yo muy amablemente (a los gritos pelados, portuñol mediante) pido que apaguen todo, que soy friolenta, canejo!!

Creo que por la cara de psicótica, pero apagan todo y silban bajito.

Un placer el tacho paulista...

lauruguacha dijo...

Pobre Luzia, le pagarán una miseria, cuando pidió el puesto habrá dicho que sabía manejar y que conocía la ciudad y salió a la aventura, eso es bien de mujer. Pregunto: ¿ Por lo menos están buenos los pezones de Luzia?
Ya llegó el viernes, meu amigo, bom viaje!!!!!

Fodor Lobson dijo...

Maguila,
is true. Los brasileros manejan como el culo, pero Luzia, todavía peor.
Ah, también tiene razón en lo de la costa. Yo escriví la misma perogrullada: costa altántica brasileña... como si tuvieran otra.

Carpe,
recibida la calidez blogueal (es como la aurora boreal pero en versión nerd)

Cuni,
Jajaj, claro, ya nunca viajo sin el premio que me gané en Cunilandia - Cuniverso.

Imagínese lo impresionado que estaba yo pensando, esta mujer si no me mata en el auto me saca un ojo con esos pitones congelados.

Naty,
jajaja, ud. y su papá lo que quieren es sacarse el muerto de encima y que sea otro quien le explique a la chiquilla lo de la + turbación.

Uru,
los pezones de Luzia dan más miedo que calentura, qué quiere que le diga. Gracias por sus buenos deseos. Ud. es siempre una joya.

gerund dijo...

supongo que esa respuesta sin nombre es para mí, eh....

(¡sin nombre! ¡ya no me quiere! snifffffff)

me voy, tristísima...


buen, no tanto


o sí


nah, no tanto

Fodor Lobson dijo...

Gerund,
claro que era para ud.
no se me ponga triste queridísima, no no no. Esta es su casa, recuérdelo, acá los tres la tenemos en altísima estima.

Subjuntivo dijo...

Perogrullada sería "escriví"?


No, no creo...



S.

Fodor Lobson dijo...

Don S.
Oh my God, ya no sé ni en qué idioma estou escrivendo. Mande a maldita con la sierra...

Anónimo dijo...

Jajjaja si no lo mata un accidente de tránsito, por lo menos va a conservar un aspecto jovial con tanta criogenia... ¡véale el lado amable, Fodor!

Fodor Lobson dijo...

Una optimista de primera línea ud. Lucy. Mientras no me coloquen al lado de Walt Disney, todo bien.;)