lunes, 29 de diciembre de 2008

Vocación (iv)

por Fodor Lobson
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(última entrega, viene de acá)
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Los primeros dos años de mi vida laboral fueron decepcionantes, ya que nada era como yo lo había imaginado en la universidad. El trabajo no estaba aportando nada a mi carrera de hipocondriaco; las enfermedades derivadas del estrés resultaron ser tan poco jugosas como las depresiones y en ese periodo tuve que conformarme con un simple enfisema pulmonar, que me hizo recapacitar y dejar de fumar durante seis meses.
Pero como no hay mal que por bien no venga, ser un trabajador en activo me permitió ahorrar cuatro cuartos e independizarme. Me alquilé apartamentito de cincuenta metros cuadrados en Rubí, una pequeña ciudad en las afueras de Barcelona, que me quedaba a pocos quilómetros del laburo. Al no estar ya bajo el techo paterno, las amenazas de mamá dejaban de surtir efecto, y en menos de cuatro meses en el servicio de urgencias del Hospital Central de Rubí, dónde todavía no me conocían, me realizaban una laparoscopia de emergencia para sacarme la vesícula.
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Como quien no quiere la cosa, a finales de 1998, surgió la oportunidad de mi vida: un traslado a América del Sur. Destino exótico donde los haya, al menos en el imaginario popular europeo, no me lo pensé dos veces y acepté.
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En esta ocasión el destino no me decepcionó. El laburo implicó viajes por todo el continente para poner en marcha las instalaciones que mi compañía construía. 1999: Norte Argentino, Mal de Chagas. 2000: Brasil, dengue. 2001: Perú, fiebre amarilla. 2002: Venezuela, malaria. 2003: Costa Rica, SARS contraído de un contingente chino que se hospedaba en el mismo hotel que yo. 2004: México, Salmonela.
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En el año 2005 me cagaron mal. Me ascendieron y dejé de viajar.
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Y desde entonces todo fue de mal en peor. Condenado a pasar más tiempo en la oficina, y por lo tanto en Mendoza, instalé Direct TV en la casa. Y con Direct TV entró en mi vida ese maldito doctor rengo, sí, ustedes saben de quien hablo, House.
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Durante la primera temporada estaba en el séptimo cielo. Cada semana algo nuevo, algo raro, algo diferente y excitante. Las palabras autoinmune, lupus, punción lumbar, pasaron a formar parte de mi vocabulario. Estaba embriagado. Y entonces llegó junio y terminó la temporada. La ausencia fue devastadora, fueron los peores cuatro meses de mi vida, estaba genuinamente enfermo, sufría del síndrome de abstinencia.
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Con la primavera llegó la siguiente temporada y el alivio. Mil veces mejor que el primer cigarrillo de la mañana. Me imaginaba que la sensación era la misma que debe sentir un heroinómano al clavarse la aguja dos meses después de salir de rehabilitación. Todo estaba bien de nuevo. Y entonces, a las pocas semanas me di cuenta de que algo andaba mal. Las relaciones entre los personajes empezaban a tomar el control de la serie, por encima de la parte clínica. Me empecé a cansar de esas dolencias delicatessen con nombres complejos que nadie conocía y que a pesar de tener distintos nombres me sabían a más de lo mismo. Lo peor es que no había vuelta atrás, no podía volver a las úlceras o al enfisema. Tampoco podía dejar de ver la serie, puesto que la trama me había atrapado. Terminé dejando lo único que podía dejar: las enfermedades. Era incapaz de sentirme mal. Había fracasado, he fracasado, mi vida carece de sentido.
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Anoche soñé con un muchacho de diez años, diccionario en mano, que tropieza con un señor mayor que camina apoyado en un bastón:
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- You killed my dream
- Does it look like I care?


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(Dedicado a Subjerún y a todos los fans de House M.D.

11 comentarios:

Subjuntivo dijo...

=D

No creo que nadie incite a la hipocondria como House.

A la vez que nos recuerda que la gente con mala onda es la que mejor onda tiene.

=D

S.

gerund dijo...

oh yeah, baby

igual, se nos volvió blando, Fod. habrá sido eso del amor de su vida?

=D

Naty dijo...

Después de House hay un antes y un lupus... eso es verdad.

Somos legión, parece.

Felíz Año, Trío Fantasbulósico!!

(Y Felíz Navidá un poco atrasada)

Fodor Lobson dijo...

Subjo,
jajajaja, publicidad subliminal de Malas Ondas !!

Ge,
mmmmm no sé si entendí muy bien lo de blando... mejornolo pienso mucho,debe ser el estrés que ha padecido usted con todos los exámenes... le recomiendo que vea a un médico (cuack recuack)

Naty,
Feliz año, o como diría House: ¡¡¡vicodin para todos!!!!

¡Mondoke! dijo...

Qué grande House.
La verdad es que me hizo pensar que en la tele había algo más que los Simpsons. Y eso para mí es todo un logro. Me acuerdo que mi amigo me recomendaba la serie siempre y yo no le daba pelota, gran error. Después llegó la magia de las temporadas enteras en DVD y ya nada volvió a ser igual. No puedo esperar a la próxima.


¡Feliz vicodín para todos!

Aki Celtic dijo...

Yo no veo House, aún.
Pero gracias por estos posteíllos, don Fodor, que más de una sonrisa nos han sacado!!

Enorme abrazo abarcador a toda la prole (?) y que sea con felicidad, salud y más viajes XD

Fodor Lobson dijo...

Mondokel,
a los amigos hay que darles pelota... bueno, no siempre y no a todos, bueno,depende de lo que recomiendoen, eeeh.... mejorme tomo un vicodin y listo.

Aki,
¡abrazo!, ¡abrazo!, ¡abrazo!
Feliz año nuevo, estimada.

Fender dijo...

Yo soy todo un Houseless, un Lostless y un series-en-general-less, salvo contadas excepciones.

En el plano de lo truculento, para esos años entró CSI en mi vida, dándome la oportunidad de torcer la jeta cada vez que mostraban a un cadáver reventado por algún hongo carnívoro o disecado por una combustión a baja tempertura. Supongo que es la clave de tantas otras series, como Grey's Anatomy (que tampoco sigo), y sus copias.

Hasta Pushing Daisies tiene eso de visitar morgues y andar mentando a la Huesuda.

By the way, linda colección. Yerba mala...

¡Mondoke! dijo...

Ah! Y no tiene nada que ver, pero soy Mondoke (sin la "L", es un signo de admiración)
La culpa es de Blogger, por poner un signo de admiración tan choto. Es solo para que nos entendamos mejor ;)

Fodor Lobson dijo...

ooops, tiene usted razón, don Mondoke, me engañó la tipografía

gerund dijo...

viejo, pobre Mondokel, lo tiene que andar persiguiendo por todos los lares a donde usted lleva su error... así no es, viejo. pobre Mondokel.