La traumática experiencia de viajar en avión
por Rodolfo Snob
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Hace mucho, pero muchísimo tiempo, que viajar en avión es lo menos glamoroso del mundo. Aviones y aeropuertos están repletos de los especímenes más desagradables que uno puede encontrar. Señoras con ropa de joggin' color rosado, celeste o malva, o peor aún, con vaqueros con lentejuelas y adornitos de bijuterí barato pegados al denim. Señores también con jeans (sin lentejuelas, afortunadamente) y con calzado deportivo blanco (que jamás debería usarse para otra cosa que no sea un partido de tenis). Todos gritando. Todos sonrientes. Todos comprando porquerías en el Free Shop.
¡Por Dios!, ¿hay algo más vulgar que comprar un perfume en el free shop?.
Y lo peor, muchos van acompañados de sus crías. Jaurías de niños prematuramente obesos, con caras llenas de churretones dejados por los donnuts de chocolate que se morfaron en Dunkin', chillando, corriendo (todo lo que sus orondas panzas y su asma les permiten, claro), molestando, en fin, que es lo único que saben hacer los niños hoy en día.
Nene, podés gritar un poquito más despacio, por favor
Y luego les dá por hacer cola... les encanta hacer cola. Apenas ven como una aeromoza de tierra se acerca a la puerta de embarque, forman colas espontaneas, incluso después de que la susodicha aeromoza haya anunciado, alroparlante mediante, que el embarque se realizará por zonas, ellos siguen allí de pie, en una organizada cola, que es lo único que su memoria genética les dejó de las posguerras europeas llenas de resignadas filas para obtener los alimentos sujetos a racionamiento. No el sentido común, no la dignidad del sobreviviente. Sólo el saber formar una fila.
Señora por Diós, no le van a robar el asiento. Están numerados, ¿sabe?.
Creo saber porqué hacen fila tan preocupaditos... hacen fila para entrar en el avión antes que los demás y así poder colocar en los portaequipajes esas valijas que dudosamente califican como equipaje de mano.
Señor, este es un viaje internacional, cuando lleguemos a destino va a tener que pasar usted por migraciones y aduanas... no va a ganar nada de tiempo por el hecho de no facturar ese mamotreto de valija con rueditas de quinta categoría que se compró usted en el supermercado.
Paralelamente al descenso en la calidad de los viajantes, la calidad de l@s areomoz@s se ha hundido hasta profundidades que sólo Juilo Verne podía imaginar. Jamás una sonrisa, se trata al viajero como ganado, en caso de emergencia no sabrían ni por dónde empezar (probablemente más preocupadas porque se les rompió el taco del zapato del uniforme), y con conocimientos absolutamente nulos de aviación, geografía o simple física elemental:
- ¿a qué velocidad estamos volando, señorita?
- a unos 300 Km/h, señor
Linda, si fuera así, tardaríamos más de cuatro horas en ir de Mendoza a Buenos Aires
En definitiva, toda la experiencia es un horror, que sólo se puede aguantar si uno está moderadamente ebrio.
17 comentarios:
El mejor post en mucho tiempo, parece estimado rodolfo que a usted, como a muchos de nosotros, la indignación lo inspira, asique la azafata creía que volaban a 300 km/h? jajajajajajajaja.
Me ha hecho reir mucho esta mañana caliente y aburrida.
Jejejeje...
es una belleza de post, Rodolfo. Muy "bien".
Je. Exce-lente. Obviamente, estoy completamente de acuerdo, Rod.
besitos
Gracias Maguila,
la inspiración nace de la indignación + un par de Southern Comforts con zumo de naranja natural.
Dear Cass,
aaah, la belleza... tan difícil de encontrar, ¿cierto? Déle mis saludos a la Srta. Celtic, btw.
Gerund,
veo que me perdonó el exceso de celo en el último concurso... No sabe cómo me alegro... ¿le contó Fol de las veladas cocktaileras?
Ah, ya no me siento tan sólo!!
(Yo le hubiera creído a la aeromoza, puede creer?)
S.
El alcohol es la solución, ciertamente. El único problema podría ser que después, cuando nuestra valija NO llega en nuestro mismo avión, sea más fácil para otros achacarle el inconveniente al alcohol ingerido antes que a la pelotudez mental de la aerolínea.
Pero bueno, nada mejor que otro poco de alcohol para olvidar la valija perdida... y así y así y así... y así es cómo se pasa delicadamente hacia el alcoholismo extremo.
Ojo al piojo, Rodolfo.
No se alegre tanto, Rod: Fola puede haberlo perdonado, pero yo no olvido. Lo cual no significa que esté enojada (nunca lo estuve), por lo que no tengo nada que perdonarle... Pero le aviso que no olvido, por las dudas.
Bien ahí Gerund, diga ud. que sí, firme, sin olvidar nada. Lo conozco a Rody de toda la vida y él sieeempre intenta a rreglar las cosas con una copita, y un perdóname, pero que te la puso, te la puso, el hijodep.
Detesto que las aeomozas hablen como estúpidas: "Cariñito" "Reinita" "Bonita" "No, micielito, no tenemos más vodkita"
y después se quejan cuando me quedo con las mantas de porquería!!! A Varig le debo muuucho en mantas.
Subjuntivo,
ud le creería cualquier cosa a un buen par de piernas, parece...
Carpe,
bah! que quiere que le diga. Una vez ya me avisaron de que el alcoholismo es un camino sólo de ida. Y le tengo que decir ¡Con razón!. Se está tan bien acá que para qué volver.
Gerund,
qué lástima, créame que el alcohol ayuda en eso de olvidar. ¿no quiere una copita, dear?.
Fodor,
calladito estás más guapo.
Naty,
pe-ro-por-fah-vorrrrr los diminutivos son lo menos. Sólo le aceptaría a la aeromoza el de vodkita, porque esas botellitas son lamentablemente tan, pero tan pequeñas.
Los disminutivos aumentan mis ganas de revolearles las botellitas de vodkita por la cabecita...
Serán pequeñitas y la mar en coche, pero existen otras bebidas para acompañarlas... eso es lo bueno.
la mar en coche... ese abuelo gallego de usted, un capo, oiga.
Quizá si viajara un tanto seguido en avión opinaría lo mismo que usted, pero creo que en cuando tuviese la ocasional suerte de hacer alguno de esos viajes me sentiría sorprendida y fascinada con toda esa clase de antropología (más que nada con la categoría de aeromozos).Saludos
Julita,
créame, la facinación dura como mucho tres viajes. Al cuarto, ud. ya estará pensando... For God's sake!
Fodor me pide que le diga que se la extrañaba.
rodooolfo querido: se me cayó un ídolo ¿ qué hacía usteddd volando en una línea comercial? Sólo lo perdono si me contesta que de vez en cuando le gusta mezclarse con el pueblo para conectarse un poco con la realidad de la gente común.
( La manía de la gente de hacer colas y tratar de sacar ventajas para llegar primero adonde sea me estresa de sólo pensarlo cada vez que debo hacer un viaje, jaja!)
Uru, estimada,
jamás de los jamases me mezclaría con el pueblo si no fuera porque Fodor me obliga. Y como estos viajes a los que nos arrastra Fod son de trabajo, la empresa no paga pasajes en primera. En resumen, un horror...
ya le dije a Fodor que a mí no me arrastra más, la próxima vez me quedo en casa.
Juajua!!!!
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