Jueves Lupinos: Top 5 de las gilipolleces de Fodor que más odio

por Son of Dr. Lobo

No sé si recordáis que los jueves tengo prioridad para publicar en THC. Vale, pues hoy es jueves y me levanté pensando en la cantidad de gilipolleces de Fodor que me tocan los cojones de mala manera. Si tuviera que hacer una lista no terminaría más… y ahí tuve una revelación, pero claro macho, un top 5, eso es lo que tengo que hacer.
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Aquí lo tenéis ordenado de menos a más irritante.
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5. El muy cabrón, con la edad, cada vez sordea más. Si no, no me explico porqué siempre tiene que hablar a los gritos. Vale tronco, la naturaleza te equipó con dos pulmones y dos cuerdas vocales, no es necesario que los pruebes a máxima potencia. La peña no está interesada en lo que dices, por mucho que grites, nadie te va a prestar atención.
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4. El tío es un enfermo de la puntualidad. Si llegas diez minutos tarde te arma un escándalo de tres pares de cojones. Ni te cuento si por cualquier razón eres tú el que lo hace llegar tarde a él, te puede retirar la palabra durante una semana (lo cual, lejos de ser un castigo, es un alivio).
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3. Tiene memoria selectiva. Es decir se acuerda de lo que quiere. Hasta aquí de puta madre. Muchos tenemos memoria selectiva. Pero macho la de él se rige por una escala de valores de lo más estúpido. Le recuerdas que a las siete es el velatorio de Fulano, cuyo hermano nos comunicó ayer que murió, y te mira con cara de “¿de qué me estás hablando?, ¿Fulano está muerto? ¿Quién es Fulano?” pero recuerda con todo lujo de detalles la conversación entre dos extraños que escuchó en el metro hace quince años.
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2. Ir a cenar en grupo con Fodor es una tortura china. Cuando llega el camarero con todos los platos en la bandeja, el subnormal éste, como si se creyera el director de orquesta, va indicándole al camarero a quien le corresponde cada plato. Colega, date cuenta de que cuando sales de la oficina, ya no eres jefe de nada.
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1. La característica más irritante de Fodor es esa manía en terminar las frases de los demás, como si le fueran a dar un premio por acertar – ooooohhh, qué inteligente es Fodor -, o como si su tiempo fuera demasiado precioso como para tener que perderlo esperando a que su contertulio termine una idea que ya quedó clara. ¿Te crees que eres la hostia en bicicleta? ¡Payaso!
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¿no me digáis que esto no merece un corte de manos (o de cabeza)?