Contra el maaaaal....

por Fodor Lobson

Todos los sábados Mercedes viene a laburar con una sonrisa y media docena de medialunas del negocio de la esquina que constituyen nuestro desayuno saturnino desde tiempos inmemoriales (es decir desde hace tres o cuatro años). Como ayer salí a desayunar con una amiga que estaba de viaje relámpago en Mendoza (guiño, guiño) de la media docena, obvio, sobró mi ración de dos medialunas. Y para que no se secaran, pensando en que me vendrían muy bien como desayuno dominical, hice un nudito con las asitas de la bolsa de plástico y las guardé en el freezer.

Me levante esta mañana pensando en las medialunas. Saco la bolsita del freezer pongo un papel de cocina sobre la mesada, coloco sobre él las dos medialunas, agarro el paquete, lo pongo en el microondas, 30 segundos a potencia media (6 sobre 9), le doy al botón "Comenzar".

"Clinck"

abro la puerta dl microondas y ¿qué veo? contrastando sobre el papel de cocina dentro del microondas, un puntito negro que se mueve... una hormiga que se pasea emocionada entre los granitos de azúcar desprendidos. Y pienso ¿no se supone que las microondas son letales para los seres vivos?

Saco las medialunas, casi me quemo, pero dejo el papel dentro del microondas. Pongo un vaso con agua dentro (no soy tan pelotudo como para hacer andar el aparato sin nada dentro), y lo programo 30 segundos más a la misma potencia.

"Comenzar"

"Clinck"

Abro la puerta, el insecto sigue paseando campante entre los granitos de azúcar.

Pará, pará ... ¿ y si por culpa de la radiación estoy introduciendo cambios a nivel genético en le bicho y en lugar de una versión siglo XXI de la simpática Hormiga Atómica lo que pbtengo es un ejemplar tamaño perro que termina desayunándome a mí?

Aplasto la hormiguita, vacío el vaso de agua en la pileta, y me voy a desayunar tranquilo.